viernes, 29 de noviembre de 2013

VENZAMOS EL FRÍO


En estas fechas empezamos a sacar la ropa de invierno: La trenca, el plumas, la cazadora; la chaqueta; el abrigo; camisas de manga larga; pantalones contra el frío; camisetas de manga larga para no enfriarnos; botas de agua… Mientras tras las ventanas observamos el frío glacial así cómo el aire o ventisca helada. Durante estos días guardamos las prendas de verano y continuamos actualizando los roperos: Gorro de lana, botas camperas; anorak; zapatillas de invierno; calcetas de lana gruesa para que nuestros pies no padezcan la humedad… En España ha comenzado la nieve durante esta semana y eso que aún no ha entrado la estación del invierno. El paraguas también se hace necesario porque en otros puntos del mapa está lloviendo abundantemente. Anochece mucho antes con el horario de invierno y las tardes son más grisáceas comparadas con el verano que ya terminó, donde los días además de ser más largos eran más cálidos y soleados.

Así cómo en la estación que terminó íbamos menos arropados para resistir mejor el calor, ahora toca abrigarse para no pillar catarros, gripe ni resfriados. Pero el otoño y el invierno también tienen sus cosas agradables: Reconforta tomar una taza de café o chocolate caliente para llevar mejor la friolera. También se agradece entrar a una sala de cine cerrando el paraguas con agilidad sintiéndonos muy bien gracias a la calefacción. Madrugar se hace más duro porque no apetece sentir el fresco matutino pero aún así al llegar al lugar de trabajo o de estudios volvemos a entrar en calor, ya que casi todo está climatizado. El invierno se hace duro por la brusca bajada de los termómetros, pero ocurre igual en verano: Que el agobiante calor en ocasiones no se disipa ni con duchas. Pero los aparatos de aire acondicionado, así cómo los ventiladores nos ayudan a soportar el clima abrasador.


Así es la vida: Toca calor o toca frío. A unos les atrae más el clima cálido mientras otros prefieren lloviznas o nevadas. El tiempo primaveral tal vez sea el menos complicado: Porque los días pese a ser brillantemente soleados no nos hacen sudar la gota gorda, si no que se está bien; y la brisa primaveral tampoco llega a molestar al atardecer. En cambio pasar drásticamente del calor al frío o viceversa sí que lo notamos. Pero con las prendas de abrigo, los gorros de lana y los guantes, aunque el clima brinde un temporal altamente frío, nos sentimos cómodos, arropados y dispuestos a entrar en calor. Abrigaos que hace mucho frío.