Desde hace muchos siglos está bien o mal visto que los hombres luzcan el pelo largo. Existen culturas donde un hombre con el cabello largo es considerado un mal ejemplo a seguir y a los jóvenes tanto sus familiares como profesores no les permiten dejárselo crecer. Por contraposición hay también lugares donde si un señor luce una impresionante melena no se considera nada anormal ni se le da mayor importancia de la que tiene. E incluso han habido tribus en las cuales lo que estaba mal visto era todo lo contrario, es decir: Si el pelo era demasiado corto se consideraba poco natural y por lo tanto muy poco aconsejable porque creían que quien corta su cabello pierde todo el vigor y resistencia. También hay personas que al ver a una mujer con el pelo corto lo catalogan de anti estético. Cuando precisamente lucir cabellera larga, corta perteneciendo a un género u otro no es nada preocupante y sí en cambio elucubrar ideas sin sentido por el cómo se peine la gente. Tampoco es una cuestión de caché dado que en círculos burgueses siempre han habido personajes que se han manifestado en contra de que el joven lleve el pelo largo y viceversa. Así, por ejemplo hay familias, dejando a un lado el estatus social, que no les agrada que sus hijos lleven el pelo de un modo u otro. Y también están aquellas personas que les resulta indiferente como vayan los demás. Hombres incapaces de dejarse crecer la cabellera y otros que les gusta que su melena crezca de modo natural. Los genios de la música clásica, la mayoría, andaban tan sumergidos en sus composiciones artísticas que les restaban tiempo para ir a la barbería. Hay y han habido de todo. Al samurai le resultaba práctico llevar un moño llevando éste sus cabellos largos pero recogidos. Y es que para los señores que se sienten cómodos dejándose crecer el cabello también hay mil formas de peinarse o recogerse los mechones. Unos optan por una coleta, pelo suelto, trenza y un sin fin de formas de ir peinado aunque se lleve el pelo largo.
