martes, 18 de julio de 2017

ROPA A TU GUSTO Y A MEDIDA


Cuando no existían las manufacturas la ropa de vestir era confeccionada por amas de casa que sabían corte y confección, modistas preparadas para diseñar prendas de vestir y sastres que se ocupaban de coser trajes y ropa en general para los hombres. Con la industrialización las opciones y variedad tanto en precios como de diversidad de indumentaria para todos los gustos era más amplia y desde ese momento se adquiría ropa tanto en mercados, como en tiendas especializadas o centros comerciales, entre otros. Las sastrerías nunca desaparecerían y nacería conjuntamente un extenso mercado en la industria textil que daría lugar a que el diseño se expusiese en pasarelas de moda. De modo que la alta costura siempre sería menos económica que las prendas de vestir fabricadas a gran escala. Pero en la actualidad esas firmas de renombre también fabrican sus trajes o vestidos al por mayor para que los clientes los adquiera en aquellos centros comerciales o boutiques que tienen la exclusiva de la marca. De manera que entre están quienes prefieren comprar ropa en exclusiva, clientes que adquieren sus prendas de vestir fabricadas por su diseñador preferido, y el cliente de toda la vida que compra la ropa que le gusta. 
La ventaja del diseño en exclusiva consiste en vestir la ropa de nuestro diseñador preferido pero en exclusiva. Es decir: Que no veremos a nadie vestir el mismo modelo porque el corte y confección del mismo ha sido confeccionado únicamente para nosotros. De hecho los famosos son siempre los primeros en lucir modelos que no se pondrán a la venta hasta pasado cierto tiempo en que estén completamente desinteresados en la pieza y la marca dé luz verde a fabricarla para el consumidor. 
Todavía hay muchas mujeres y hombres que optan por hacerse la ropa en una modista o sastre a quien conocen de toda la vida y son contrarios a comprarse la ropa en tiendas de vestir, porque consideran que no les agrada ver que otros lleven la misma camisa o blusa que compraron en la tienda. Y saben que el sastre o la modista les confeccionará la ropa que ellos elijan, con los accesorios y tipo de tela que prefieran así como con el corte y forma que soliciten. De hecho incluso los famosos centros comerciales suelen tener sección de sastrería para salir de los grandes almacenes con una bolsa que contenga un traje confeccionado a medida y en exclusiva para no verlo repetido en nadie más. Por contraposición está que la ropa confeccionada en una sastrería suele ser más costosa. Pues no es igual comprar una blusa bonita que nos gusta que hacernos de una confeccionada a nuestro gusto donde habrá que ir pagando cada elemento necesario así como los beneficios añadidos a los modistos por las horas de trabajo dedicadas al encargo que hayamos hecho.
Yo, particularmente, me gusta comprar ropa que veo que me gusta pero eso no quita para que también me guste diseñar mis camisas, mis casacas, chaquetas y demás. Sí, la mayoría de trajes los compro en tiendas de ropa pero también da gusto dibujarse el patrón de como quiero que sea el próximo chaleco de invierno, por ejemplo, aunque sepa de antemano que cuando lo luzca y a quienes les guste, de mi círculo de amigos y familiares, me pregunten que donde lo venden para tener otro igual lamente tener que decirles que es diseño exclusivo y que no lo encontrarán. 
No nos equivoquemos, aunque siempre salga más caro acudir a la modista o al sastre para encargar ropa a nuestro gusto; piensese que dichos negocios no se han visto arrinconados por la masiva invasión de comercios. De toda la vida las señoras, y en la actualidad también se han hecho ropa en las modistas. Y si visitamos una sastrería veremos que a sus sastres les llueven los encargos de clientes que prefieren hacerse la ropa en su sastrería de confianza. Por otra parte hay clientes que necesitan tallas especiales que no pueden adquirir en tiendas de ropa con tallas grandes; como sería el caso de hombres que por su altura acaban acudiendo a una sastrería para que les confeccione una camisa superlarga. 
Si te animas verás como tu modista o sastre confeccionará aquello que te gustaría vestir y cuya idea ha salido de tu imaginación. Posiblemente algo más cara en relación a otra a la que no hay que dedicarle horas y días para que salga a tu gusto; pero el solo hecho de vestir aquello que ha salido de tu pensamiento merece la pena. 
También es cierto que el coste de la prenda depende de la calidad de los materiales. Cuanto mejor sean los materiales (tela, botones, hilos, género, etc.) más se eleva el precio de la ropa. Pero hay sitios donde hacen buenos presupuestos y no llegan a ser tan exagerados. Es cuestión de preguntar.
 


sábado, 6 de mayo de 2017

LA COCINA AGRADABLE


Nuestra cocina debe ser un lugar agradable, muy limpio, exento de malos olores, un entorno cuyos matices sean gratos tanto para nosotros como para quien sea que se encuentre en este entorno; una cocina sin enredos será para su dueño el marco idóneo donde elabora sus manjares; no debe haber paños sucios ni platos o cubiertos amontonados apilados hasta ser lavados. Recordemos que la vajilla sin aseptizar es fácil fuente de microbios así como llama la atención de bichos no deseados. Lo ideal es que el sitio donde prepararemos nuestras comidas esté lo más higienizado posible. En cualquier restaurante los platos sucios se lavan lo antes posible y lo mejor es que todo esté ordenado. La desinfección de la campana extractora de humos; suelos; azulejos; encimera; escurre platos y armarios, entre otros, etcétera, es primordial. Porque una cocina bien limpia y ordenada nos dará sensación de bienestar. En cambio si ésta está mal atendida afecta también al estado de ánimo. Hay cocinas diáfanas y bien cuidadas que cuando se visitan nos encantan. Esa cocina enseguida nos indica si en ese hogar se come sano o simplemente se engulle. A todos nos ha ocurrido, que hemos ido a un bar y si, por ejemplo, el entorno y la higiene nos han agradado, nos hemos encontrado como en casa. Y sin embargo, cuando hemos ido a un mesón descuidado y nada aseado hemos abandonado el sito pensando algo así como: Yo aquí no comería. 

El lavado de manos y uñas antes de cocinar es importante. En muchos locales los cocineros usan mascarillas para cocinar para no estar hablando ante el plato que están elaborando. El horno debe de estar bien limpio y es importante moverse en una cocina sin obstáculos para que el cocinar sea agradable y no un incordio. Nuestras cocinas nos transmiten óptimas sensaciones porque nos gusta que estén bien cuidadas. Pero más de una vez hemos visto sitios donde se hace de comer que más parecían un pesebre y de ahí que todos coincidamos en que, el sitio donde mejor se come es en la casa de uno mismo. Porque sabemos que nuestras cocinas no están desatendidas y nos gustan. Hay un factor que muchos evitamos, pero eso ya va en la cuestión de gustos y dado que la cocina debe estar a nuestro gusto, y es que el frigorífico esté exento de notas, imanes e incluso fotografías adheridas. Yo, particularmente he tenido un solo imán adherido con el teléfono de un servicio de comidas para llevar. Pero al ser ya muchos los sitios de comida a domicilio opté por quitar el imán y llevar esos teléfonos de comidas preparadas en la agenda de mi teléfono. Me gusta más ahora: Veo un frigorífico y no un electrodoméstico plagado de notas. Sí, me gusta más así. Pero considero que como nuestra cocina debe ser un entorno que nos guste y a nuestro gusto tampoco veo mal que muchos prefieran colocar ahí sus cosas. Con los móviles, las notas y teléfonos las puedo tener almacenadas y prescindir de chapas en la puerta de mi nevera. 

El acero inoxidable y todo tipo de recipientes saludables es muy importante también para nuestra salud. De modo que debemos evitar cazos, sarténes, cubiertos y vajillas que se puedan enrobinar. Es muy importante saber de qué material están fabricados los utensilios sobre los cuales después cocinaremos para que lo que digiramos no sea pésimo para nuestra salud. Los que tenemos animales en casa también sabemos que antes de cocinar debemos lavarnos bien las manos. Y es que, en suma: Si nuestra cocina está, repito, bien limpia, nos sentiremos en ella extraordinariamente. Y quien la visite querrá repetir. 

viernes, 17 de marzo de 2017

QUE EL MÓVIL NO TE CONTROLE.


No llevar el móvil contigo las veinticuatro horas del día, excepto si es realmente necesario, no tiene nada de ilógico. Que no pases tiempo mirándolo o tecleando salvo si recibes o tienes que hacer llamadas tampoco tiene nada de anormal. Que no te dé por hacer fotografías o vídeos con tu celular no es preocupante. Que hagas uso de la telefonía para recibir y contestar llamadas y mensajes únicamente, no es malo para ti. Si sabes de alguien que no quiere llevar un teléfono a cuestas y estar operativo continuamente es muy respetable. Quedar con amigos y familiares para enseñarles las fotografías que tomaste y que no les agrade, que para un rato que quedáis para charlar, el teléfono tenga que hacer acto de presencia en la reunión no es para incomodarse. 

Diariamente en el metro y el autobús vemos mucha gente enfrascada con el susodicho. No disfrutan del paisaje ni siquiera en los trenes si no que se sumen en la tableta aunque sea para comprobar cuanta batería nos queda. Cualquier excusa es buena para mirarlo. En el supermercado también somos testigos de como bastante gente está más pendiente del aparato que de realizar las compras. Incluso los canales de televisión han visto un gran negocio en que el espectador interactúe con el programa y pase, parte de la audiencia, el tiempo viendo el programa y dejando mensajes en tiempo real para dar su opinión sobre lo que está contemplando. Por el trending topic se conocerán datos acerca de qué parrilla de programación fue más interactiva con la audiencia y el espectador además estará poniendo su granito de arena para que a los programas les vaya bien. Porque interactuar también en algunos casos equivale a cooperar dejando algún dinerillo mientras se opina. Todo eso está muy bien pero hay mucha gente que a la hora de ver un programa le gusta disfrutarlo, enterarse y no estar tacteando la pantalla, porque le gusta acomodarse y entretenerse frente al televisor y prescindir del teléfono para distraerse. 

Me gusta la tecnología así como considero que el teléfono móvil es una herramienta a día de hoy muy útil y polivalente. Necesaria. Porque llevamos herramientas útiles con nosotros en todo momento: Una calculadora que nos pueda sacar de un apuro en un momento preciso, un block de notas por si no llevamos encima papel y bolígrafo para apuntar algo; el almanaque es importante por si tenemos que calcular una fecha en cuestión; e incluso mirar qué hora es cuando necesitamos mirar nuestro reloj, y una infinidad más de utilidades.

Ahora bien: Hay situaciones en que no es necesario hacer demasiado uso y presencia del teléfono en nuestra vida diaria, salvo en el tiempo realmente necesario, para que no nos agobiemos si en un momento dado no lo llevamos con nosotros. Así como nos puede resultar de gran ayuda si se nos avería el coche para así poder telefonear a la grúa o pedir ayuda, también es verdad que si de tanto teclear nos quedamos sin conexión por haberla agotado, habrá pasado de ser una herramienta para usar en caso necesario a vernos sin ella, cuando más falta nos hace para realizar una llamada. Es decir si usamos el teléfono como un botiquín que solo se emplea cuando se requiere, siempre iremos con batería para salir de mil apuros; y no estaremos condicionados a tener que ir con él incluso al cine. 

Que la telefonía móvil nos haga la vida más práctica en todo momento no equivale a que haya que estar con el celular en funcionamiento continuamente. Exceptuando en aquellos casos en que es realmente necesario. 

Un abrazo muy grande para todos y para todas; y que nadie os caliente la cabeza. Que nuestros ojos también necesitan descansar.