lunes, 19 de enero de 2015

COLECCIONISTAS Y GALERÍAS DE ARTE


Los coleccionistas de arte la mayoría de veces tienen su propio museo personal, es decir, colección de obras personalizada. Así bien abundan los expertos en numismática, filatelia, y cualquier tipo de objetos. En esta afición cabe destacar tres niveles esenciales: Coleccionistas aficionados en cromos, antigüedades, reliquias o cual sea lo que reúnan; Expertos en reconocer de un vistazo los siglos de una roca, y están también quienes gastan cifras desorbitadas en la adquisición de piezas al ser su grado de coleccionista superior a quienes simplemente se hacen de alguna figura u obra de poca importancia; Los profesionales asisten a galerías, subastas, exponen sus obras y la inmensa mayoría de este tercer grupo vive exclusivamente del y por el arte. También están los galeristas que se encargan de alquilar salas de su recinto para aquellos que desean exponer sus piezas ante los asistentes que acabarán por adquirir tal o cual obra de arte, llevándose un porcentaje considerable de las ventas. Y tanto expertos cómo aficionados o profesionales tienen la mayoría de veces su propio museo de colecciones a pequeña o gran escala particular, donde se reúnen con otros coleccionistas o amigos organizando tertulias acerca de sus objetos favoritos. Dentro de los profesionales abundan las empresas o fundaciones encargadas de exponer al público sus colecciones de gran valor en cuanto a lienzos, esculturas o joyas. De cuando en cuando se dan citan expertos y profesionales en galerías donde se puja por la cazadora que llevó años ha un famoso rockero, las gafas de sol que solía usar un famoso y cualquier cosa de precio incalculable a gusto de los caprichosos asistentes que se reúnen con el afán de obtener aquello de gran valor para que forme parte de su colección. Porque a fin de cuentas coleccionar obras de arte es cosa de caprichosos. Hay quienes se encaprichan con una obra de arte cómo cuando éramos niños e intercambiábamos cromos. Coleccionar es entretenido.