Cuando no se tiene editor de
imágenes, una forma de colorear rudimentariamente vuestras fotografías en
blanco y negro a color es la siguiente: Lo primero de todo haz una fotocopia
del original para que éste no se estropee y a continuación colorea la copia fotográfica
con ceras. Si te sirves de diminutas bolas de algodón quedará más natural que
si lo haces con la barra de color, porque de este modo no saldrá la presión del
crayón en la zona que estés pintando. Por ejemplo, para hacer el color de la
piel puedes mezclar naranja con blanco y difuminarla con algodones hasta que
esté a tu gusto y después aplicarla con el algodón sobre la copia. Es un
proceso lento pero el resultado será perfecto porque no quedarán goterones de
pintura ni de pinceles. Cuando tengas la imagen coloreada ni se te ocurra
ponerla en el scanner de tu impresora porque ensuciará tu equipo con los
colores, y si la dejas secar es posible que pierda luminosidad. Para ello te
aconsejo que plastifiques la imagen y una vez plastificada, no habrá problema
de que tu equipo se ensucie y podrás pasar a escanear la imagen. Cómo el
plastificado es transparente parecerá que has escaneado una fotografía en vez
de la copia de una fotografía coloreada con ceras de colores y envuelta en
plástico. La escaneas en el equipo, la guardas, la corriges con tu scanner, le
das la resolución, sombras o brillo y contraste que precise y la guardas en tu
ordenador. ¿Qué pasará cuando la tires en papel fotográfico por la impresora?
Pues ocurrirá que la fotografía parecerá una foto coloreada o recién tomada en
color y no se advertirá el plástico ni el cromatismo de la barra de ceras de
colores. Sé que es una forma entretenida, y laboriosa de colorear pero al no
disponer de editor de imágenes podrás hacer tus fotocomposiciones
analógicamente y obteniendo unos resultados gratificantes.