martes, 29 de octubre de 2013

ALIMENTOS CRUDOS.


Desde nuestros primitivos perdura, a baja escala, el hábito de nutrirnos de alimentos crudos cómo las nueces, que hay quienes las cocinan para repostería, pero comúnmente las tomamos crudas. Ellos se alimentaban de hojas y raíces así cómo de nutrientes que aún seguimos ingiriéndolos en su estado natural, cómo pueden ser las bellotas y castañas sin asar. La ventaja de las lechugas, rábanos, escarolas o zanahorias es que también se pueden comer, previo lavado para limpiarlas, tal cual al igual que los tomates. Las carnes, pescados, verduras y demás alimentos hay que cocinarlos, pero hay un listado amplio de frutos secos, fruta y verduras que no precisan pasar por la cocina. Las almendras naturales tienen un buen aporte vitamínico y al igual que nuestros ancestros tomaban hierbas crudas, se pueden servir cómo tapa.

El tallo de regaliz hay quienes les agrada chuparlo y morderlo. Las pipas de girasol. Las avellanas. Y sobre frutas tenemos las naranjas, que sólo hay que pelar y tomarnos los agradables gajos de mandarina por ejemplo. O hay quien la licua y de este modo toma las propiedades vitamínicas en zumos.

Las fresas, manzanas y un largo etcétera de frutales se suelen comer tal cual, aunque es de suma importancia lavarlos por si tienen algún germen, Se ha hablado mucho sobre las propiedades de la fibra de algunos alimentos, que al comerlos crudos benefician el organismo, aunque cómo es bien sabido no se debe abusar.

¿Quién no ha comido un trocito de patata cruda ya pelada y cortada antes de cocinarla? ¿Quién no ha visto a alguien darle un bocado al apio sin cocer? Los guisantes sacados de la vaina, lavados y antes de cocinarlos ¿Los has probado?


Somos racionales pero no hemos perdido la costumbre de tomar crudas algunas cosas beneficiosas para el organismo. Cómo podría ser el pepino, lavado y en rodajas, están quienes les gusta comerlo crudo en vez de aliñado.