La
cesta de navidad es una tradición española muy antigua que en la actualidad
sólo la entregan voluntariamente algunas pocas empresas, por tratarse de un
acto voluntario, en ocasiones no se entrega por problemas de crisis, y también
hay quien con la excusa de la mala economía evita hacer el gastazo. Aunque las
hay muy costosas y algunas tan miserables que los trabajadores si se da ese
caso no llegan a agradecer semejante desfachatez. Pero por regla general
siempre ha sido bien recibida y agradecida excepto casos aislados. En la mayor
parte del país viene siendo frecuente este detalle para los trabajadores de la
empresa. En vísperas navideñas, el empresario o jefe, entrega a todos y a cada
uno de sus trabajadores la conocida cesta de navidad, que es un regalo con
diferentes tipos de productos alimenticios.
La
cesta navideña puede ser muy sencilla: Por ejemplo, un par de tabletas de
turrón o de embutidos; pasando por una escala más alta en cuanto a diversidad
de productos. Y luego hay algunas donde se derrocha bastante a la hora de
hacerle el regalo a cada miembro del trabajo. Expondré un ejemplo de cesta
navideña que no todas las empresas se pueden permitir el lujo de regalar a sus
trabajadores, pero que las hay que no escatiman en gastos, y en fechas próximas
a la navidad les entregan dicha cesta dándoles un alegrón. Una cesta lujosa
podría llevar:
Champán;
Brut; cava; vinos de reserva; un jamón; nueces; berberechos; pastillas de
turrón de diferentes sabores; embutidos; bolas de queso; mermeladas; salmón; marisco;
peladillas; quesos; polvorones; bombones; dátiles; galletas; brandy; whisky;
pastelillos; alfajores; mantecados; hueva; mojama; caviar; latas de espárragos;
almendras; sidra; mazapanes; higos; melocotón en almíbar; piña; un pavo; y todo
cuanto la empresa esté dispuesta a añadir a la popular cesta de navidad.
Pero
no hay un canon a obsequiar si no que cada jefe ofrece lo que considera
oportuno. Suelen ser pocos los trabajadores que explican que en su lugar de
trabajo no les obsequian por esas fechas. Pero también es cierto que hay muchos
puntos geográficos donde dicha costumbre se desconoce. De unos años a esta
parte las tradicionales cestas de navidad se han visto mermadas y también
suprimidas en bastantes lugares de trabajo, debido, cómo señalé anteriormente,,
a los problemas económicos que arrastran muchas empresas. Siendo imposible por
tanto poder continuar con la costumbre de todos los años.
Pero
en términos generales, muy pronto, ya falta casi nada, cuando falte poco tiempo
para las fiestas navideñas, todos los trabajadores llegarán entusiasmados a sus
hogares deseosos de abrir la caja sorpresa, y ver cuantas cosas les han
regalado. Siempre ha habido trabajadores que se han sonreído al comprobar que
los jefes no se han esforzado mucho que digamos; y otros que se han sentido
felices al observar que la cesta de esa navidad ha sido para quitarse el
sombrero. En muchos hogares donde los padres y los hijos en edad de trabajar
conviven bajo el mismo techo, hay familias que reúnen varios lotes si todos
están trabajando. Ya que cada miembro de la casa llega con la cesta que le han
regalado en su trabajo, y ven incluso complicado buscar un lugar donde ubicar
tanta alimentación obtenida de sus jefes.
Es
bonito que no decaiga ese obsequio que todos los trabajadores agradecen por
esas fechas cada año.