Entre los coleccionistas y aficionados a diversos
tipos de hobbys están quienes les gusta montar puzzles, rompecabezas y también
maquetas. Hay diferentes tipos de maquetas: De trenes, autopistas, y entre
otras muchas las casas en miniatura. Si bien en un principio éstas se las
relacionaba más con niñas, señoras y abuelas a quienes les encantaba construir
viviendas con su jardín minimalista, muebles, cortinas y todo lo que viste un
hogar; actualmente son también muchos los hombres que se distraen montando cuartos
de baño, cocinas, balcones, buhardillas y escaleras diminutas. Recrearse
observando, cual un gigante que espiara las ventanas de los edificios, cada
habitación, los distintos rodapiés, el sofá del tamaño de una caja de cerillas
o bien todo tipo de electrodomésticos es presencia no sólo creatividad si no
arte puro. Hay dos tipos de casas en miniatura: Las rústicas de toda la vida
que se consiguen haciendo manualidades y las que ya venden en tiendas
especializadas en maquetas. Pero ambas necesitan mucha dedicación porque
apetecerá adquirir unas sombrillas para la terracita, en otra ocasión nos
contentaremos poniendo una cuna o mañana querremos tener unas lámparas de pie e
incluso un mueble librería atestado de libros o enciclopedias de tamaño
pequeñísimo. Hay casas en miniatura a precios caros sobre todo cuando su
construcción y amueblado ha precisado muchos días o tal vez años de montaje.
Otra de las características que dispara el precio de éstas puede ser el tipo de
decoración y efecto visual así cómo la calidad de sus piezas. Y es un hobby
nada económico si se considera que siempre hay algo que crear o comprar: Una
rinconera, un teléfono de pared o el juego de sillas acorde con la mesa. Las
amistades o visitas que observen una casa en miniatura se quedarán
boquiabiertos por su belleza y buen saber hacer. Y cuando son preciosidades
conlleva que los coleccionistas a quienes les gusta comprar casas en miniatura
ya terminadas paguen un precio en relación con la hermosura de la que se podrá
disfrutar cada vez que la miremos. Hay aficionados a este sano montaje de
maquetas que nunca estarán dispuestos a desprenderse o vender la casa en
miniatura que tanto capricho y dedicación le dedicaron. Son bonitas,
decorativas y suponen un entretenimiento agradable.