Si quieres sacar copias de fotos
de esos carretes fotográficos que guardas en algún trastero es posible hacerlo
por ti mismo y sin tener que llevar el carrete fotográfico analógico a ningún
laboratorio. El negativo que revelaste hace muchos años atrás, cuando no
existía la fotografía digital, y que te devolvían ya revelado éste junto con
las copias que encargabas de tu carrete podrás recuperarlo y además sacar
copias digitalizadas en tu propia casa. Sin necesidad de reveladores,
fijadores, contactos, cuarto oscuro ni ampliadora.
Tendrás que escanear el negativo
en el escáner de tu equipo informático cómo lo haces con una foto, imagen o
texto. Pero tendrás que tener especial cuidado al colocar la tira de
diapositivas porque sabes que la lámpara del scanner o impresora es muy
potente, podría quemarse el negativo fotográfico al cerrar la tapa si lo tienes
demasiado tiempo colocado, ya que suelen ser de un material parecido al
plástico y ello podría no sólo quemar el carrete si no también producir un
incendio. De modo que ten especial cuidado en no exponerlo demasiado tiempo, el
cliché de fotos, a la lámpara escáner para que no se abrase y en vez de fotos
todo salte en llamas. Abre tu programa de escaneado, la mayoría de ellos llevan
una función para escanear también película fotográfica analógica ya usada y
revelada. Cuando hayas escaneado la tira de tomas del carrete intenta darle
vida con tu programa de escáner y guardas la diapositiva convertida en imagen.
Acto seguido abre el programa
avanzado que uses de edición de imagen y ahí ya te toca dejar la imagen con más
o menos brillo y contraste a tu gusto. Si se diese el caso de que lo que te
aparezca en pantalla sea el negativo de una imagen no es mala señal. Todo va
bien. Se trata de ajustar la imagen y cambiar todo el negativo en la opción
Invertir imagen o cómo diga tu editor.
¿Has visto qué interesante y qué
rápido? Has logrado sólo escaneando tus antiguos negativos y tratando la imagen
correctamente, sacar copias fotográficas por ti mismo, sin tener que acudir a
ningún laboratorio, en un momento y además en versión digital. Sólo queda
guardar las imágenes cómo haces siempre y después imprimirlas en papel
fotográfico.