viernes, 22 de abril de 2011

SALAGUSTÍN Y LA TERESITA



De pequeño era dado a cazar saltamontes también llamados Salagustines. Cierto día iba a coger uno de aspecto flacucho, demasiado seco, cómo un diseño robótico de saltamontes, que me pareció más alto y cómo elevado en un trono. Lo que confundía con un salagustín era en realidad una teresita, también reconocida cómo santateresa o mantis religiosa. El término religiosa o santateresa se debe a que su pose se asemeja al de una fiel con las manos en actitud de oración. La Teresita hembra es más grande que el macho, al cuál devora tras la cópula, cómo sucede con la afamada araña viuda negra. El Antiguo Testamento recoge que una de las plagas de Egipto fue la de la langosta, conocida cómo saltamontes o salagustín en zonas del Levante. La teresita inspiró a los expertos en artes marciales, en tipos de lucha a los que ésta utiliza contra otras especies. Añadir que la plaga de salagustines afectó a maizales mientras que las teresitas devoran a los insectos.